miércoles, 22 de diciembre de 2010

Algunas reflexiones en torno a la comunicación (oral) - Parte II

Más allá de la intensa disputa que existe en los circuitos académicos en torno a los problemas epistemológicos sobre la comunicación, es imposible negar la importancia preponderante que tiene para los individuos. Carecer de esta habilidad no sólo nos aisla del mundo, sino que nos impide la interacción con los otros, limitando nuestras relaciones sociales.

Por esta razón, cuando por
problemas biológicos estamos incapacitados para comunicarnos de la forma convencional, inmediatamente tratamos de suplir esta carencia utilizando otros mecanismos para posibilitar el contacto con los otros. El vivir en sociedad requiere, en el caso de los seres humanos, la comunicación.

La
oralidad, desde tiempos remotos, ha sido el principal vehículo de interacción con los otros. Familiares, amigos, el entorno labora y académico; tienen en la "palabra hablada" el mecanismo primario de contacto.

¿No existe algo más inmediato que la
oralidad? Cuando entablamos una comunicación, en los más diversos contextos de la vida cotidiana, es la oralidad que nos permite entablar el primer contacto con los demás. Más allá del idioma y los contextos culturales, el uso de la palabra hablada se transforma en la herramienta social por antonomasia.

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